Vistas a la página totales

viernes, 27 de mayo de 2022

Dos nenas

 Un día soleado una noble perrita llegó a una estación de gasolina

Había mucha gente, y por ende, sabía por su madre, habrá comida

Se convirtió, ( decían los empleados), en la mascota del establecimiento

Porque justo ese día, inauguraban la estación de gasolina, así que la cachorrita

Chiquita, peludita, hermosa con la belleza inédita que dan los años mozos, fue adoptada

Cada día los empleados se turnaban para regalarle de sus alimentos a la mascotita

Incluso fue incluida, en la fotografía, de la inauguración de la gasolinería, todos eran buenos

O al menos así se sentía, cada que le aventaban un pedazo de sus tacos, o lo que sobraba de comida

Una caricia furtiva, hacían feliz a la cachorrita, una señora que vendía tacos, le lanzaba un taco

A veces, cuando le sobraban, era de frijoles, porque la carne es cara y sirven para comida de la familia

Al vigilante nocturno, le servía de compañía, la cachorrita era mansa, le pusieron un nombre cualquiera

Pero, nadie pensó en darle un hogar, los años fueron pasando, la perrita creció, nunca visitó un doctor

No lo requería era sana era fuerte, nadie se preocupó si necesitaba medicinas, o si sufría por el calor

Tampoco si pasaba fríos, pero todos decían que la querían, la perrita corría y retozaba entre ellos

Les dio instantes de felicidad, a cambio recibió las sobras de comida y una rápida caricia, fue todo

No tenían más para darle, pero ella lo agradecía, eran sus amigos, sus amos, sus compañeros eran todo

Fue lo único que ella conocía, y los años siguieron pasando, su caminar se hizo lento, y olía mal

Una bacteria se había alojado en su cuerpo, cesaron las caricias, poco a poco faltó la comida

Tenía ella que buscarse su propia agua y comida, se alejó un poco, se paró frente a un mercado

Ahí había gente, y las personas comían, lo más seguro que ahí conseguiría comida, y fue ahí

Donde la encontré un día observé que caminaba con dificultad, bebía de los charcos del césped

Esperaba, y me pregunté, - ¿qué espera, a quién espera?-, pero nadie llegó, nadie la reclamó

Miré que comía del zacate que crecía cerca del mercado, tenía hambre, tal vez también tenía sed

Pensando que se había perdido, me acerqué a ella, si olía mal, no lo sé, porque la mire con amor

Basto esa leve caricia, para que la perrita envejecida , ya por el paso de los años, me brindara su sonrisa

Su mirada brillante, transparente, le hablé como si me entendiera, ¿ tienes hambre le pregunté ?

Cómo si ella pudiera responderme, pensé, sin embargo le dije, si tienes hambre tengo croquetas

Sígueme hasta mi casa, y emprendí el regreso a mi hogar, miré que la  perrita venía tras de mi

Me siguió por dos cuadras sumamente largas, finalmente llegamos, se paró en el dintel de la puerta 

Dudaba en entrar a pesar que la alentaba para ello, finalmente al ver su plato lleno de comida, y agua

No dudó más con pasos temblorosos, penetró, comió y bebió hasta que estuvo satisfecha, de pronto

Sucedió lo impensable, fue como que si ella se preguntara, ¿ qué he hecho, me he puesto en peligro?

Comenzó a temblar visiblemente, estaba aterrada, la acaricie y la conduje hacia el patio posterior

Se replegó hasta la barda, ahí permaneció expectante, sin saber lo que le ocurriría, miré que sus ojos

Brillaban, como si tuviera lágrimas, me acerqué para tranquilizarla, la acaricie, y converse con ella

Le dije que buscaríamos a sus dueños, que estuviera tranquila, sólo quería ayudarla, le tomé una foto

La publiqué en todas las páginas que encontré de perros perdidos, y la invité de nuevo a pasar a la  casa

Estaba obscureciendo y no la iba a dejar fuera, temblaba visiblemente como si antes la golpearan

Por entrar a los espacios pertenecientes a los humanos tuve que cargarla porque se quedaba parada

No quería trasponer la puerta, de nueva cuenta la tranquilice, le proporcione una almohada limpia

A falta de cama, una almohada serviría.

Al día siguiente salía hacer compras, ella me siguió dócil me esperó afuera de la tienda, sin desesperar

De nueva cuenta regresamos ella tras de mi, sin ataduras, sin collar, sin nada que la obligara a seguirme

Tenía la libertad de irse si así lo deseaba, aunque en el fondo, deseaba que se quedara conmigo

No para adoptarla, pero si mientras aparecían sus dueños, pero los días pasaban, y nadie la reclamaba

Noté que tenía heridas antiguas en sus patitas, como si la hubieran agredido con cadenas, y cojeaba

La llevó al doctor de los perros, ( así le informé a donde la llevaría), curaron sus heridas, y regresamos

Se convirtió en mi acompañante donde quiera que iba, ella dócil me seguía y si demoraba  horas

A ella no le importaba afuera de los lugares, siempre me esperaba. 

Un día se escapó, regresó media hora después, al tiempo supe el motivo, lo había hecho para aparearse

Estaba embarazada, fue justo en navidad, cuando cavó un hoyo bajo la lavadora, y ahí tuvo abortos

Con tristeza descubrí a los perritos muertos, y a mi perrita, ardiendo de fiebre, le toqué su pancita

Y la llevé de nueva cuenta con el veterinario, había agarrado una infección, y estaba grave, porque

Además era vieja para tener cachorros, aprendí a inyectar, y todos los días, tenía que inyectarle

Darle sus medicinas, y poco a poco, mi esfuerzo tuvo premio, así la vi recuperarse y volver a su alegría

Al año me enteré que tenía dueños, ( así se decían ellos), eran los empleados de la estación de gasolina

Nunca me ha gustado quedarme con lo que no me pertenece, así que la llevé donde estaban sus dueños

La recibieron con un poco de conformismo, no noté alegría en ellos, y por ellos, me enteré de la historia

Me fuí dejándola donde pertenecía, pero esa noche no pude dormir, no sabía si ella estaba contenta

Si le daban comida, si la dejaban a la intemperie, si se preocupaban por ella, así que al día siguiente

Le compré un sobre de comida, de esos que a ellos tanto le gustan, y fui a verla, para cerciorarme que estaba bien.

 Cuando llegué pregunté a un muchacho que servía gasolina por la perrita, ahí anda feliz, me respondió

Al tiempo que me señaló donde ella se encontraba, merodeaba cabizbaja por el inmenso terreno terreno

Yo la había bautizado con el nombre de muñeca, le hablé, de lejos no me reconoció, se acercó hacia mi

Lentamente, pero conforme se acercaba comenzó a correr, se abalanzó sobre mi, se paró en dos patas

Y me abrazó de mi cintura, no dejaba de agitarse y mover su cola, no le importó el sobre que le llevé

Pregunté al empleado si estaba feliz la  perrita, que si la trataban bien, me respondió, es la mascota

Todos la queremos mucho, entre todos le damos comida, y me recreó una escena de amor, y protección

Que francamente no me creí, la tuvo que sujetar para que no me siguiera, y me fui a mi casa, pensativa

Al día siguiente regresé, el lugar estaba lleno de perros, muñeca estaba apartada de ellos, me conmovió

Su mirada triste, pensé no no ella no es feliz, es mentira que le dan amor, la quieren de vigilante

En cuanto me vio de nueva cuenta se abalanzó sobre mí, le vacíe los sobres de comida, en la banqueta

Los otros perros, corrieron a comérselos pero a ella no le importó, estaba su mirada centrada en mí

En esa ocasión el empleado me confesó, que no le daban de comer porque no todos le ofrecían comida

Que dormía a la intemperie y que francamente a nadie le importaba, que se decían todos dueños

Pero nadie se responsabilizaba de ella para nada, me dijo, si la quieres llévatela pobrecita, me da pena

Me quedé pensando pronto regresaría a mi trabajo y ella se quedaría sola en casa, pensé buscarle hogar

No estaba en condiciones de darle lo que ella necesitaba, me despedí de ella, y el empleado la sujetó

Para que no me siguiera, sin embargo, miré como ella se revolvió furiosa y se le soltó, corrió hacía mí

La observé de reojo con una sonrisa, ella entendió, salimos del lugar, llegamos al mercado, ella esperó

Como siempre lo hacía en la puerta del mercado compré otros sobre de comida, que  le robaron

Y desde entonces vivimos juntas, nos la hemos arreglado para sobrevivir, me ama, y la amo

Entendí que al igual que los humanos, no es padre o madre el que engendra, si no el que da amor

Casa, y protección, de igual forma los animales, no les importa quien los acogió por más tiempo

Si no quien les da amor, protección, y cuidados, ella me eligió desde hace mucho tiempo, justo

Cuando ambas nos miramos a los ojos, y le pregunté ¿ tienes hambre?, sígueme, y me siguió

Desde entonces somos inseparables, un vecino me dijo mucho tiempo después que los empleados

De la estación de gasolina, no la querían porque olía feo, le respondí pues ellos no hueles bonito ehhh.

Esta es la historia de una de mis dos nenas, otro día cuento la historia de mi otra nena, que llegó 

De igual forma, sin buscarla, sin esperarla y lo peor, sin pensar en adoptarla.

 Ahora tengo dos nenas que se aman, y me aman, somos las tres mosqueteras frente al mundo, y somos

Muy pero muy felices.......



 



 

No hay comentarios.: