Un día soleado una noble perrita llegó a una estación de gasolina
Había mucha gente, y por ende, sabía por su madre, habrá comida
Se convirtió, ( decían los empleados), en la mascota del establecimiento
Porque justo ese día, inauguraban la estación de gasolina, así que la cachorrita
Chiquita, peludita, hermosa con la belleza inédita que dan los años mozos, fue adoptada
Cada día los empleados se turnaban para regalarle de sus alimentos a la mascotita
Incluso fue incluida, en la fotografía, de la inauguración de la gasolinería, todos eran buenos
O al menos así se sentía, cada que le aventaban un pedazo de sus tacos, o lo que sobraba de comida
Una caricia furtiva, hacían feliz a la cachorrita, una señora que vendía tacos, le lanzaba un taco
A veces, cuando le sobraban, era de frijoles, porque la carne es cara y sirven para comida de la familia
Al vigilante nocturno, le servía de compañía, la cachorrita era mansa, le pusieron un nombre cualquiera
Pero, nadie pensó en darle un hogar, los años fueron pasando, la perrita creció, nunca visitó un doctor
No lo requería era sana era fuerte, nadie se preocupó si necesitaba medicinas, o si sufría por el calor
Tampoco si pasaba fríos, pero todos decían que la querían, la perrita corría y retozaba entre ellos
Les dio instantes de felicidad, a cambio recibió las sobras de comida y una rápida caricia, fue todo
No tenían más para darle, pero ella lo agradecía, eran sus amigos, sus amos, sus compañeros eran todo
Fue lo único que ella conocía, y los años siguieron pasando, su caminar se hizo lento, y olía mal
Una bacteria se había alojado en su cuerpo, cesaron las caricias, poco a poco faltó la comida
Tenía ella que buscarse su propia agua y comida, se alejó un poco, se paró frente a un mercado
Ahí había gente, y las personas comían, lo más seguro que ahí conseguiría comida, y fue ahí
Donde la encontré un día observé que caminaba con dificultad, bebía de los charcos del césped
Esperaba, y me pregunté, - ¿qué espera, a quién espera?-, pero nadie llegó, nadie la reclamó
Miré que comía del zacate que crecía cerca del mercado, tenía hambre, tal vez también tenía sed
Pensando que se había perdido, me acerqué a ella, si olía mal, no lo sé, porque la mire con amor
Basto esa leve caricia, para que la perrita envejecida , ya por el paso de los años, me brindara su sonrisa
Su mirada brillante, transparente, le hablé como si me entendiera, ¿ tienes hambre le pregunté ?
Cómo si ella pudiera responderme, pensé, sin embargo le dije, si tienes hambre tengo croquetas
Sígueme hasta mi casa, y emprendí el regreso a mi hogar, miré que la perrita venía tras de mi
Me siguió por dos cuadras sumamente largas, finalmente llegamos, se paró en el dintel de la puerta
Dudaba en entrar a pesar que la alentaba para ello, finalmente al ver su plato lleno de comida, y agua
No dudó más con pasos temblorosos, penetró, comió y bebió hasta que estuvo satisfecha, de pronto
Sucedió lo impensable, fue como que si ella se preguntara, ¿ qué he hecho, me he puesto en peligro?
Comenzó a temblar visiblemente, estaba aterrada, la acaricie y la conduje hacia el patio posterior
Se replegó hasta la barda, ahí permaneció expectante, sin saber lo que le ocurriría, miré que sus ojos
Brillaban, como si tuviera lágrimas, me acerqué para tranquilizarla, la acaricie, y converse con ella
Le dije que buscaríamos a sus dueños, que estuviera tranquila, sólo quería ayudarla, le tomé una foto
La publiqué en todas las páginas que encontré de perros perdidos, y la invité de nuevo a pasar a la casa
Estaba obscureciendo y no la iba a dejar fuera, temblaba visiblemente como si antes la golpearan
Por entrar a los espacios pertenecientes a los humanos tuve que cargarla porque se quedaba parada
No quería trasponer la puerta, de nueva cuenta la tranquilice, le proporcione una almohada limpia
A falta de cama, una almohada serviría.
Al día siguiente salía hacer compras, ella me siguió dócil me esperó afuera de la tienda, sin desesperar
De nueva cuenta regresamos ella tras de mi, sin ataduras, sin collar, sin nada que la obligara a seguirme
Tenía la libertad de irse si así lo deseaba, aunque en el fondo, deseaba que se quedara conmigo
No para adoptarla, pero si mientras aparecían sus dueños, pero los días pasaban, y nadie la reclamaba
Noté que tenía heridas antiguas en sus patitas, como si la hubieran agredido con cadenas, y cojeaba
La llevó al doctor de los perros, ( así le informé a donde la llevaría), curaron sus heridas, y regresamos
Se convirtió en mi acompañante donde quiera que iba, ella dócil me seguía y si demoraba horas
A ella no le importaba afuera de los lugares, siempre me esperaba.
Un día se escapó, regresó media hora después, al tiempo supe el motivo, lo había hecho para aparearse
Estaba embarazada, fue justo en navidad, cuando cavó un hoyo bajo la lavadora, y ahí tuvo abortos
Con tristeza descubrí a los perritos muertos, y a mi perrita, ardiendo de fiebre, le toqué su pancita
Y la llevé de nueva cuenta con el veterinario, había agarrado una infección, y estaba grave, porque
Además era vieja para tener cachorros, aprendí a inyectar, y todos los días, tenía que inyectarle
Darle sus medicinas, y poco a poco, mi esfuerzo tuvo premio, así la vi recuperarse y volver a su alegría
Al año me enteré que tenía dueños, ( así se decían ellos), eran los empleados de la estación de gasolina
Nunca me ha gustado quedarme con lo que no me pertenece, así que la llevé donde estaban sus dueños
La recibieron con un poco de conformismo, no noté alegría en ellos, y por ellos, me enteré de la historia
Me fuí dejándola donde pertenecía, pero esa noche no pude dormir, no sabía si ella estaba contenta
Si le daban comida, si la dejaban a la intemperie, si se preocupaban por ella, así que al día siguiente
Le compré un sobre de comida, de esos que a ellos tanto le gustan, y fui a verla, para cerciorarme que estaba bien.
Cuando llegué pregunté a un muchacho que servía gasolina por la perrita, ahí anda feliz, me respondió
Al tiempo que me señaló donde ella se encontraba, merodeaba cabizbaja por el inmenso terreno terreno
Yo la había bautizado con el nombre de muñeca, le hablé, de lejos no me reconoció, se acercó hacia mi
Lentamente, pero conforme se acercaba comenzó a correr, se abalanzó sobre mi, se paró en dos patas
Y me abrazó de mi cintura, no dejaba de agitarse y mover su cola, no le importó el sobre que le llevé
Pregunté al empleado si estaba feliz la perrita, que si la trataban bien, me respondió, es la mascota
Todos la queremos mucho, entre todos le damos comida, y me recreó una escena de amor, y protección
Que francamente no me creí, la tuvo que sujetar para que no me siguiera, y me fui a mi casa, pensativa
Al día siguiente regresé, el lugar estaba lleno de perros, muñeca estaba apartada de ellos, me conmovió
Su mirada triste, pensé no no ella no es feliz, es mentira que le dan amor, la quieren de vigilante
En cuanto me vio de nueva cuenta se abalanzó sobre mí, le vacíe los sobres de comida, en la banqueta
Los otros perros, corrieron a comérselos pero a ella no le importó, estaba su mirada centrada en mí
En esa ocasión el empleado me confesó, que no le daban de comer porque no todos le ofrecían comida
Que dormía a la intemperie y que francamente a nadie le importaba, que se decían todos dueños
Pero nadie se responsabilizaba de ella para nada, me dijo, si la quieres llévatela pobrecita, me da pena
Me quedé pensando pronto regresaría a mi trabajo y ella se quedaría sola en casa, pensé buscarle hogar
No estaba en condiciones de darle lo que ella necesitaba, me despedí de ella, y el empleado la sujetó
Para que no me siguiera, sin embargo, miré como ella se revolvió furiosa y se le soltó, corrió hacía mí
La observé de reojo con una sonrisa, ella entendió, salimos del lugar, llegamos al mercado, ella esperó
Como siempre lo hacía en la puerta del mercado compré otros sobre de comida, que le robaron
Y desde entonces vivimos juntas, nos la hemos arreglado para sobrevivir, me ama, y la amo
Entendí que al igual que los humanos, no es padre o madre el que engendra, si no el que da amor
Casa, y protección, de igual forma los animales, no les importa quien los acogió por más tiempo
Si no quien les da amor, protección, y cuidados, ella me eligió desde hace mucho tiempo, justo
Cuando ambas nos miramos a los ojos, y le pregunté ¿ tienes hambre?, sígueme, y me siguió
Desde entonces somos inseparables, un vecino me dijo mucho tiempo después que los empleados
De la estación de gasolina, no la querían porque olía feo, le respondí pues ellos no hueles bonito ehhh.
Esta es la historia de una de mis dos nenas, otro día cuento la historia de mi otra nena, que llegó
De igual forma, sin buscarla, sin esperarla y lo peor, sin pensar en adoptarla.
Ahora tengo dos nenas que se aman, y me aman, somos las tres mosqueteras frente al mundo, y somos
Muy pero muy felices.......
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