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miércoles, 2 de mayo de 2012

sonrisa perdida


Buscando a la alegría una sonrisa se perdió engañada por la ira en un laberinto sin salida.
Pasaron los días, y la sonrisa desesperaba se encontró con la tristeza y le pidió ayuda.
La tristeza aceptó pero estaba tan triste la tristeza que con sus suspiros más la confundía.
Cuando estaba a punto dejarse vencer llegó en su auxilio el orgullo que la sostuvo para no caer.
Pero el orgullo es mal consejero con vanidad y prepotencia la llevaba por sendas equivocadas.
Cansada por no poder salir del laberinto, la sonrisa desesperó sentía un nudo en la garganta.
Las lágrimas acudieron presurosas en su ayuda pero le impedían ver con claridad y serenidad.
En su camino se encontró con la amargura quien la aconsejó que el mundo era malo y absurdo.
Una y otra vez le decía que era mejor irse del mundo porque todo lo bueno se había perdido.
El amor que pasaba por ahí sin decir nada la tomó de la mano, presuroso la condujo a la salida.
Al salir, sobre los rayos del sol que anuncian un nuevo día, encontró a su amiga la alegría.
Ambas felices de haberse encontrado se tomaron de la mano, y caminaron juntas por la vida.
En el oscuro laberinto quedó la tristeza, lamentando y suspirando por no tener compañía.
La ira quedó sola sin amigos porque nadie aguantaba sus arranques cada que enfurecía.
La armonía cansada del orgullo, la tristeza, y la ira se fue junto con la sonrisa y la alegría.
El orgullo mientras tanto disgustado porque el amor fue el triunfador al encontrar la salida.
A todos decía que él sabía donde estaba la salida pero se tomó su tiempo para no ser presuntuoso.
Como nadie le creyó se durmió en un profundo sueño y sólo despertará cuando desaparezca el amor.


(autora Areli)