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lunes, 18 de octubre de 2021

Pobreza, maldición del mundo

 Pobreza que al mundo condena, infamia que se niega a ser admitida por los poderosos

El dinero, es la perdición del hombre, la maldición más antigua que pesa sobre el mundo

Diariamente mueren millones de seres abandonados en la pobreza absoluta por hambre

Mientras que en mansiones, castillos y casas imperiales el dinero se derrocha en banalidades

Esa moneda maldita, que se apodera de las almas, las corrompe y las lleva incluso a matar

Es la perdición y la maldición del hombre, porque lleva a muchas almas a la total perdición

Mientras que en suburbios y zonas marginadas, familias enteras luchan por mantener un hogar

Que les permita guarecerse del frío, aunque sus paredes sean de cartón, que los aisle de todos

Porque se averguenzan de su extrema pobreza, de sus ropas miserables y de sus pies descalzos 

En otro extremo de las grandes ciudades gentes sin conciencia alguna derrochan ese dinero

En acumular pilas de ropa, abrigos, comida, bienes, joyas, casas, y cuánto se les antoje sin pensar

Ni siquiera por un segundo que esa ropa que costó millones, saciaría del hambre a muchos niños

Que esas joyas costosas, salvaría a muchos enfermos de morir y daría hogar a desamparados sin techo

Desgracia y maldición mayor no se pudo engendrar el mismo día en que se inventó la moneda maldita

Porque la repartición de la riqueza nunca ha sido justa, mientras haya explotados habrá explotadores

Y son éstos los que se ganan el dinero a costa del dolor, el sacrificio y el dolor de los desprotegidos

De los desamparados, de los olvidados, pero no por todos, por Dios no, ellos serán los que estarán

Sentados en la mesa de Dios nuestro señor, cuando terminen sus vidas, en esta tierra, y sólo ellos

Los otros, mientras no cambien y recapaciten serán ahora los que serán olvidados por aquel que es justo

El único que es amor, y que imparte esa justicia, la que no se puede corromper ni comprar con dinero

Llegará el día en que los que lloran reirán, los que ríen llorarán, los compasivos serán bendecidos 

Mientras que los que olvidaron a los pobres, enfermos y  marginados, serán ahora  olvidados 

De nada les servirán sus joyas, mansiones, ropas de marca, viajes, lujos y francachelas, y ese dinero

Con el que pudieron haber salvado una vida, sacar del pozo de la pobreza a una familia, dar hogar

A los necesitados, ayudar a los ancianos, a los enfermos, a esos que en esta vida  están olvidados 

Para que al final de sus vidas, no sean ellos los que sean olvidados.




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