Cuánto condescere con mis fallas? Si las amo porque son parte de mi, de mi existir, es la escénica de mi vida cual obra fallida, esa imperfección que me hace imponderable, porque he de avergonzarme por algo que proyecta mis carencias y me aleja de la perfección ?, protagonizar situaciones que se asemejan a comedias que en algún momento de nuestras vidas, sufrimos todos ? episodios que a algunos los hace inclinar la cabeza, ruborizarse, avergonzarse y desear que nunca hubieran ocurrido esos momentos, que a mi por el contrario me divierten y me hacen reír a carcajadas, soy diferente a los demás? Posiblemente eso es lo que me hace tan atrayente, lo que me gustó ayer, hoy no me gusta más, amo esa bipolaridad que nace dentro de mi, que lucha por salir, tejedora de sueños que se quedan en el Olimpo, en ese mundo ideal que no termino de construir, y que importa? Si entretejo mil proyectos sin llevarlos a cabo, eso me aproxima a lo fatuo y a lo vano? El no aceptar que el miedo al fracaso no es tal, sino más bien dejar en mis sueños lo que pretendo realizar tal vez por el loco deseo que surge de mi que al volverlo realidad no me guste más? Dónde empiezan las interrogantes que dan vida a respuestas inocuas de una realidad que me rehuso a aceptar?. Si me acerco, si me alejo y me mantengo expectante a la sombra no es más que el temor, de que los otros, los demás, esos que no saben discernir ni pensar, que se dicen normales no me contagien de su crueldad, de su maldad, de su frialdad para dar por hecho que lo que vivimos es real y me nieguen la fantasía de vivir mis sueños donde habitan magos, duendes, príncipes y princesas si siempre ha sido esa mi realidad.
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