Navidad, época que exuda libertad

 Navidad, noche de tierna espera en la que la humanidad celebra el nacimiento de Jesucristo, el hijo de Dios. Fecha de ensoñación, buenos propósitos, almas que claman libertad de sus opresores. Tiempo para recapacitar que su propio pueblo aniquilaría, con soberbia y crueldad que el mundo no olvida. Tiempo de entender que las guerrras son estériles , dejar que luchen solos los que quieren pelear, que dejen sus escritorios desde donde ordenan extensiones de tierra no valen más que la vida humana. Hora de inclinar la cabeza y recapacitar, olvidas odios y rencores y recordar que justo ese día nación ese niño, al que con soberbia y crueldad, de adulto su propio pueblo lo haría crucificar. Su pescado?, desafiar a los poderosos al predicar amor hacia los demás, sentimiento que los tiranos jamás sentirán. Época hermosa, que nos recuerda que los pueblos deben vivir en armonía, sin fronteras, sin importar el color de la piel, ni sus fisonomías, tiempo de hacer y desear el buen, de frenar guerras, y matanzas que a Dios entristecen y a su hijo más. Tiempo de salir abrazar al vecino, a la familia, proporcionar regalos a los pobres, ayudar a los desvalidos, es tiempo de celebrar la venida de Dios a la tierra. Hermoso tiempo de navidad.