La dignidad no se vende, ni se compra, ni se alquila
No se presta, se hurta, se regala o se traspasa, es un don
Que todos tenemos, pero algunos simplemente lo ignoran
Por amor, dicen no importarles perder este tesoro, la dignidad
Pero, la dignidad, no se puede perder, ni extraviar, siempre estará
Está en ti tomarla en cuenta , fortalecerla, amarla, cuidarla, atesorarla
Porque la dignidad es un don, y el que finge perderla, se pierde a sí mismo
Se convierte en un juguete, en payaso de su propia vida, en un títere sin valía
Por eso, nunca pierdas la dignidad porque es el don que más debes atesorar
Te dará el valor real de lo que vales, ante ti mismo, pero sobre todo ante los demás
Si alguien intenta pisotearte, haz uso de tu dignidad que será el muro que te fortalecerá
No la pierdas nunca, mímala, cuídala, recuerda que es tu máximo tesoro, que Dios te regaló
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