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jueves, 6 de agosto de 2020

Siempre te recuerdo mi señor Dios

En el vuelo perfecto de un ave, te recuerdo, en la risa contagiosa de un niño también. En el dolor de una madre, en el sacrificio de los animales; en el delgado hilo del que pende nuestra existencia, y ante la muerte atemorizante que congela el alma. En el miedo; en el amor; en la alegria; en la tristeza; en el cantar, y en las lágrimas que mis ojos diariamente derraman. En todo momento te recuerdo, siempre lo he hecho y hoy que ese velo diminuto que sostiene la existencia que en mi hogar amenaza con romperse, igual te sigo recordando, aún con el dolor lacerante que sacude mi alma. Por eso hoy mi Dios te suplico compasión para el que sufre, te imploro la sanación para que mi casa no se cubra una vez más con el triste dolor que ocasiona la ausencia provocada por la muerte. Te amo mi creador, sé que mis suplicas serán escuchadas, sé que por fin cesarán los ayes de dolor que desde hace más de un año sacuden al mundo entero.

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